Miguel Machalski comenzó a impartir ayer las clases del taller El guión de principio a fin, donde asesora a los participantes viendo aspectos como "la trama y los personajes". Machalski considera que el guión "es imprescindible" como herramienta de trabajo, aunque consista en un esbozo de cinco folios.

El asesor de guiones de películas como Billy Elliot o Saraband explicó que para que se prescinda del esqueleto del guión es necesario que los que lo hagan sean "cineastas sumamente avezados y talentosos". "Hay gente como Kim Ki-duk y Won Kar-wai que casi no tienen guión, pero son casos aislados", apostilla.

Machalski imparte el curso a un grupo dividido en participantes con proyecto para ser asesorados y otros que van como observadores. En este sentido, señaló que tiene un grupo "heterogéneo", puesto que hay "estudiantes de medios audiovisuales", pero también "profesores de guión". Entre los participantes, el docente destaca que se ha encontrado con varias "historias autobiográficas y "muy realistas", que necesitan adoptar determinados modos de la "ficción" para poder funcionar como productos.

Otro de los objetivos del taller está en que los alumnos sean conscientes de que "cada guión es diferentes" y que cada vez que un cineasta decide escribir uno nuevo "hace un trabajo distinto". Por ello, recomienda que los futuros guionistas "lean guiones", algo que considera que no se hace generalmente. "Un consejo que les doy es que lean muchos guiones porque sino no es como si se pretende ser músico sin escuchar música", declara.

Miguel Machalski, además de asesor de guiones, ha intervenido en proyectos de directores de la talla de Carlos Saura, David Cronenberg, Marcelo Piñeyro o Daniel Burman. Desde 2003, es asesor permanente para la estructura de formación para productores de países periféricos, Produire au Sud, y también realiza una función similar para Initiative Film en París, con especialización en adaptaciones cinematográficas de obras literarias.