Page 23 - GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR. 2021.
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR:
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
represión de la disidencia política. En conse- cuencia, la resolución de 2019 criticaba el trata- do existente ¬-el Convenio de Budapest sobre ciberdelincuencia-, para conseguir que la “lucha contra la ciberdelincuencia” se encamine hacia nueva vías que faciliten el control informativo y la represión de disidentes políticos. Existe un riesgo real de que el multilateralismo autoritario pueda determinar la gobernanza de Internet.
¿Ciberinseguridades?
La tecnología sigue desempeñando un papel de gran calado en la determinación del panorama de los riesgos mundiales. Los “ata- ques cibernéticos” y el “fraude y amenaza de datos masivos” se han clasificado durante dos años consecutivos como dos de los principales riesgos mundiales según la lista elaborada por el Foro Económico Mundial (WEF 2019: 152), junto con los enfrentamientos económicos y políticos entre grandes potencias, la erosión de las normas y los acuerdos comerciales multila- terales, la pérdida de confianza en las alianzas de seguridad colectiva, las agendas populistas y nativistas, y las cámaras de resonancia de los medios y las “noticias falsas”. Por lo tanto, es urgente establecer nuevos mecanismos de cooperación en materia de gobernanza de datos. No se trata solo de la carrera actual sobre la propiedad de los datos, sino también sobre el uso que hacemos de estos.
Por eso, esta necesidad de multilateralis- mo va más allá de los Estados y tiene efectos
sobre “nuevos tipos de poder” (Zuboff 2019: 352). La concentración de datos empodera a un número limitado de corporaciones mundiales. Esta proliferación de grandes agentes tecno- lógicos y la naturaleza interjurisdiccional de la actividad en Internet hacen imposible dar res- puesta a los retos del ciberespacio en el ámbito nacional. Sin embargo, “existe una necesidad cada vez más apremiante de establecer direc- trices, de ámbito nacional e internacional, que acompañen al progresivo y creciente desplie- gue de la tecnología en contextos civiles y mili- tares” (Pauwels, 2019: 21). No obstante, no será fácil hacerlo partiendo de un escenario de dua- lidad y enfrentamiento estructural. La incohe- rencia mundial y el conflicto bipolar –personifi- cado en la guerra comercial y tecnológica entre los Estados Unidos y China, que determina las relaciones internacionales– son la base hasta el momento de las divisiones entre miembros clave de la ONU al intentar establecer algún tipo de regulación.
La seguridad y la estabilidad mundiales dependen cada vez más de la seguridad y la estabilidad digitales, y la ONU también puede ser el espacio para debatir valores y normas sobre este campo, establecer estándares y contribuir al arbitraje y a la resolución de conflic- tos. Con todo, el reto no es solo cómo asegurar que estos desafíos se abordarán partiendo del multilateralismo, sino también con qué agen- da se hará. “Cuando las democracias regulan el contenido y aumentan el control sobre la arquitectura de Internet, debilitan las institu- ciones democráticas” (Rosenberger 2020). El intercambio abierto y libre de información para empoderar a los ciudadanos a tomar decisio- nes bien fundadas constituye la base de cual- quier sistema democrático. Según las palabras de Laura Rosenberger (2020), “en la filosofía democrática, la información está en manos de los ciudadanos; en la visión autocrática, está en manos de los que ostentan el poder”. Las vulnerabilidades tecnológicas pueden aumen- tar los déficits democráticos. El reto es cómo establecer un nuevo marco multilateral fuera
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