Page 34 - Enriquecimiento ambiental en refugios y albergues para gatos (Felis silvestris catus)
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orientan hacia adelante, al igual que su cuerpo, que spasará al acecho agachándose y preparándose para un posible salto; la cola se mantendrá baja tras el cuerpo, y sus movimientos espasmódicos pueden aumentar antes del ataque.
Sin embargo, un gato con todos sus sentidos concentrados en un objetivo de manera continua puede estar reflejando frustración. Se mostrará alerta y concentrado, pero impaciente, caminando de una lado a otro si no es capaz de lograr su objetivo. La frustración puede dar lugar a la depresión, con un aumento de aletargamiento, pérdida de apetito y desinterés por el juego o la socialización con personas o animales.
Además, los gatos pueden manifestar otras emociones negativas, como la ansiedad o el miedo. La ansiedad puede aparecer fácilmente ante situaciones nuevas o cambios en su entorno, abriendo los ojos con las pupilas dilatadas, sin parpadear; la punta de la cola puede mmoverse lentamente de un lado a otro. Las orejas pueden moverse en busca de la fuente del sonido, girando de forma independiente entre ellas. La cabeza puede estar un poco retraída, o agachada, con los bigotes hacia atrás y ofreciendo una imagen pequeña e inofensivo. Si la ansiedad va en aumento, su cuerpo seguirá encogiendose o se preparará para una rápida huida arqueando la espalda.
Un gato asustado es más fácil de identificar. Sus orejas están replegadas hacia atrás; su cabeza está baja pero mira hacia arriba; los ojos muy abiertos, los bigotes erizados; la cola moviendose rápidamente de un lado a otro; las patas delanteras estiradas y la espalda arqueada. Las vocalizaciones son frecuentes, con señales de amenaza como siseos, o gruñidos, que pueden ir acompañadas de zarpazos. De hecho, uno de los motivos más comunes de la agresividad en el gato es el miedo.
En general, un gato enfadado intentará incrementar su tamaño y adoptar un aspecto más amenazador, con el pelo erizado y las patas delanteras rígidas. Las orejas estarán tensas y replegadas hacia atrás, los bigotes rígidos y alejados de la cara; la mirada dura y mantenida, con las pupilas contraídas.
Si la amenaza pasa y el animal comienza a sentirse aliviado comenzará a mostrar signos de relajación en ojos, cabeza, cuerpo y cola, pudiendo incluso incluir algún que otro estiramiento. Otros gatos bostezan, desvian la mirada, cierran a medias los ojos o incluso se acicalan.
CONCLUSIONES
Hoy en día se están dando grandes pasos en la mejora de las estrategias de enriquecimiento ambiental que incrementarán el bienestar de los gatos en los refugios, la mayoría de los centros encuestados están implicados y conocen esta necesidad, poniendo en práctica eficaces estrategias. La combinación de los
Esteban Toscano, Menor-Campos
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