Page 12 - Enriquecimiento ambiental en refugios y albergues para gatos (Felis silvestris catus)
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severas alteraciones en su comportamiento, ya que algunos pueden desarrollar comportamientos asociados a la frustración por confinamiento que dificulten su elección por una familia adoptante, impidan por tanto su salida del refugio, y perpetúen una deficiente calidad de vida en el animal.
Cambios en las interacciones sociales
En gatos alojados en grupos se establecen relaciones entre ellos, normalmente favorecidas por el parentesco (Wolfe, 2001). Muestran confraternización y afecto mediante acicalamiento mutuo, o “allogrooming” y frotándose (“allorubbing”). Estos animales bien adaptados a su entorno suelen mostrarse relajados, juegan o descansan juntos, y suelen mostrar simpatía hacia las personas que se acercan, buscando activamente el contacto y las caricias (Bennett, Gourkow y Mills, 2017). Estos animales muestran curiosidad por su entorno y las novedades, y podemos encontrarlos recostados relajadamente con el cuerpo extendido y mostrando su abdomen, signo de su estado de confianza (Overall, 1997).
Según un estudio llevado a cabo por Sinn en 2016, en el cual se encuesta a personas que han adoptado recientemente un gato, queda claro que la razón primaria de elección del animal por los adoptantes se basa en características de su comportamiento, como su deseo de interactuar con ellos, y cuánto juega. Este descubrimiento sugiere que los refugios deberían enfocar su atención y esfuerzos en mejorar la socialización del gato y brindar a los potenciales adoptantes la oportunidad de verlos e interactuar con ellos.
Por el contrario, cuando observamos en la jaula comunal animales que permanecen agazapados contra objetos o paredes, comprimiendo su cuerpo en una postura que los hace parecer más pequeños de lo normal, mirando fijamente e inmóviles, puede ser un signo de que estos animales se encuentran inadaptados a las condiciones sociales de la jaula grupal (Bennett, Gourkow y Mills, 2017). Normalmente si intentamos acortar la distancia intentarán huir, o si esto no es posible, mostrarán comportamientos de defensión, veremos sus orejas rotadas hacia atrás, las pupilas dilatadas, los músculos faciales tensos mostrando los dientes, las garras preparadas para atacar con las uñas expuestas y su cuerpo ligeramente apoyado en uno de los lados para exponer mejor las garras (Griffith, Steigerwald, y Buffington, 2000).
La falta de atención a estos animales que pueden estar impedidos en su acceso a la comida o el arenero dentro del grupo por ser los menos dominantes, puede conducirlos a un estado de estrés crónico, produciendo cambios en su comportamiento y teniendo implicaciones sobre su bienestar. Además de agresiones a sus compañeros y hacia humanos, pueden conducir a eliminación inadecuada y trastornos compulsivos como acicalamiento excesivo (Amat, Camps, y Manteca, 2005), produciéndose heridas, o
Esteban Toscano, Menor-Campos
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