Page 39 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
La novedad del pluriverso religioso hoy es que se da, y de manera muy acusada, en un mismo territorio. No es necesario viajar a la India para conocer el hinduismo y convivir con creyentes hindúes, ni visitar Sri Lanka para saber del buddhismo, ni ir al Estado de Israel para conocer el judaísmo, ni peregrinar a Meca para encontrarnos con musulmanes, ni llegar hasta Utha para relacionarnos con los mormones, ni hacer un viaje a Rumania para conocer la Iglesia Ortodoxa, o ir a Londres para saber cómo funciona la Iglesia anglicana, o a los países escandinavos para conocer el luteranismo. En el mismo país, en la misma ciudad, en el mismo barrio conviven, o al menos coexisten, creyentes de distintas tradiciones religiosas y espirituales.
Sirvan dos ejemplos: uno más lejano y otro más cercano. En la ciudad de Nairobi, de Kenya, que visité en enero de 2007 para participar en el VII Foro Social Mundial y en el II Foro Mundial de Teología y Liberación, existe el suburbio quizás más poblado del África subsahariana llamado Kibera. En él hay más de 300 denominaciones religiosas y 50 etnias. España, país de religión y cultura únicas durante siglos, la católica –por la expulsión de los judíos y de los musulmanes y por la persecución del protestantismo-, es hoy un cruce fecundo de culturas, religiones y movimien- tos espirituales en diálogo.
Tanto los textos sagrados del cristianismo como del islam reconocen el pluralismo religioso, la pluralidad de manifes- taciones y revelaciones de Dios y valoran todas ellas positivamente. La carta a los Hebreos, de la Biblia cristia- na, afirma que en otras épocas Dios habló de distintas maneras a través de los profetas y que entonces lo hacía por medio de Jesucristo. El Corán se refiere de manera insistente a las distintas revelaciones de Dios: a Abraham, Isaac, Ismael, Jacob, a las 12 tribus de Israel, a los profetas y a Jesús de Nazaret, así como a las diferentes libros sagrados: La Torá, La Sabiduría, el Evangelio, el propio Corán (3,3; 3,48). Para el Corán, la diversidad religiosa no es, por tanto, una desviación del camino de Dios, sino algo querido por Él. Pero el libro sagrado de los musulmanes no se queda en el reconocimiento y en la valoración positiva del pluralismo religioso, sino que invita al debate, a la discusión, entre judíos, musulmanes y cristianos. Una discusión que debe caracterizarse por el respeto y los buenos modales.
En todas las religiones existen tendencias reformistas que valoran positivamente el actual pluriverso religioso como expresión de la riqueza presente en el mundo de las religiones. Sirva un ejemplo entre muchos que podría aportar. En el encuentro del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa celebrado en Roma en 1996 el cardenal alemán Lehmann, entonces vicepresidente de dicho Consejo, defendía el pluralismo como condición de la
existencia y de la supervivencia de las sociedades moder- nas para evitar el avance de la violencia totalitaria, como estructura fundamental y patrimonio irrenunciable de la sociedad democrática. Eso es precisamente lo que niega el integrismo. “No se puede retroceder a un concepto unitario espiritual y religioso”, dijo.
Hay que evitar ofrecer una imagen uniforme de las religiones, como si se trataran de bloques monolíticos inalterables. El pluralismo religioso se da también, y de manera cada vez más generalizada en el seno de cada una de ellas, donde pueden distinguirse diferentes tendencias, unas veces en conflicto y otras en actitud de diálogo creativo. Veamos ejemplo de las tres religiones monoteís- tas. En el judaísmo cabe distinguir las siguientes tenden- cias: ortodoxa, conservadora, reformista, humanista, feminista y laica. El cristianismo está recorrido por varias tendencias, entre las cuales cabe citar: la integrista, la reformista, la feminista y la liberadora. En el islam: sunníes chiíes, sufíes, reformistas, feministas.
¿Constituye la diversidad religiosa una amenaza para la vivencia y el desarrollo de la propia religión. Atendiendo a la experiencia, creo que la respuesta a esta pregunta no puede ser otra que negativa: la diversidad constituye, más bien, un valor añadido porque contribuye a enriquecer cada religión. “¿Podemos aprender de otras religiones sin sacrificar la fidelidad a nuestra propia tradición o se trata, más bien, del sincretismo doctrinal de la Nueva Era contra el que el Papa nos has advertido recientemente?”, se pregunta Gwen Griffith-Dickson26. La respuesta no puede ser más que afirmativa. En la cosmovisión cristiana occidental dominante, por ejemplo, existen elementos espurios, que no pertenecen están muy alejados del mensaje originario del cristianismo y de los primeros seguidores de Jesús de Nazaret y de los que puede prescin- dirse, sin que ello suponga traicionar el mensaje y la praxis liberadores del Evangelio. Todo lo contrario, la renuncia a dichos elementos es condición necesaria para la recupera- ción del núcleo auténtico de la fe cristiana.
Un ejemplo de dicho pluriverso religioso es la Comunidad de Madrid, que constituye un buen observatorio del pluriverso religioso en España. En ella cabe destacar la presencia e implantación de cinco grupos religiosos de especial significación. El primero es la Iglesia católica, que cuenta con un reconocimiento expreso en la Constitución Española, ha firmado Acuerdos con la Santa sede de rango internacional y recibe del Estado un trato de favor en los diferentes campos de su actividad: educativo, cultual, artístico-cultural, económico, simbólico, etc. El segundo está formado por las comunidades evangélicas, musulma- nes y judías, religiones que cuentan con el carácter de notorio arraigo y tienen acuerdos con el Estado español. El tercer grupo lo constituyen las filosofías y creencias
26 Gwen Griffith-Dickson, “¿Es la religión una invención occidental?”: Concilium 302 (septiembre 2003), p. 24.
Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos
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