Viernes, 13 de Abril de 2007 10:02

La Orquesta de Córdoba llevó la 'Grande' de Schubert al Aulario de Rabanales.

G.C. - C.M.
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La Novena Sinfonía en Do Mayor de Franz Schubert (Viena 1797-Viena1828) también denominada " La Grande", fue la pieza escogida por la Orquesta de Córdoba para su segunda comparecencia en el campus de Rabanales, cumpliendo el compromiso adquirido el pasado año de llevar a cabo al menos una interpretación cada curso en instalaciones universitarias con el propósito de difundir todo género de creaciones musicales, potenciar la afición por la Música, contribuir a un mejor conocimiento de su Historia, sus distintas obras y compositores, y cumplir con su función de servicio a la sociedad. La actuación formaba parte del programa de actos conmemorativos del Dia del Libro que viene desarrollando la Universidad de Córdoba y contó con la presencia del rector, Jose Manuel Roldán, quien dirigió una breves palabras de bienvenida a los músicos y al público agradeciendo su disposición y presencia.

Como en la pasada ocasión - con Beethoven y su Quinta Sinfonía como protagonistas- fue el Aula Magna del campus el recinto que acogió a los profesores dirigidos por el hispano venezolano Manuel Hernández Silva, quien reafirmó su voluntad de continuar desarrollando esta iniciativa en el ámbito universitario como una manera de compartir la música de un modo mucho más directo con el público y de poder realizar una labor formativa que el mismo asumió con una breve intervención sobre la obra escogida y la figura de Schubert, ilustrando en algunos momentos sus palabras con breves ráfagas musicales de la Orquesta.

Fue el preludio de una magnífica ejecución de la que se considera la obra más sobresaliente del compositor austriaco, contemporáneo de Beethoven y la última gran sinfonía del Clasicismo con la que se cierra todo un mundo y una época de la Música como bien recordó el propio Hernández Silva. Toda una historia rocambolesca ha contribuido también a su fama ya que Schubert nunca la llegó a ver estrenada por su dificultad y por su longitud. Fue diez años después de su fallecimiento cuando su amigo Robert Schumann la redescubrió y rescató de entre una multitud de papeles logrando que se estrenase bajo la dirección de Mendelssohn en 1839. De todas las sinfonías de Schubert, un compositor que destacó sobre todo en el campo de los lieds de los que escribió más de seiscientos, sólo una corre pareja en fama y aceptación a "La Grande". Se trata de la magistral sinfonía número ocho "Inacabada" (una de las más de cien composiciones que dejó incompletas)

La Grande se abre con un famoso tema que enuncian las trompas y en su desarrollo hay momentos en que los vientos y las cuerdas entonan melodías ensoñadoras, mientras que en otros discurre tanto por caminos enérgicos como por silencios de gran intensidad y distintas evocaciones, con guiños a Beethoven y a Mozart y anuncios de lo que será la música vienesa posterior. Hernández Silva lo ejemplificó con una referencia a Der Fliedermaus , aunque también la conectó con la obra de Bruckner y otros. Pero sin duda Schumann fue su más ferviente defensor. Para el autor del Carnaval de Venecia quien, en su día, calificó de "divina" la duración de la " Grande ", ésta "llevará siempre en sí el germen de la eterna juventud".