La Hermandad fue fiel a su tradición de silencio, a la peculiaridad de sus atavíos y a la singularidad de sus imágenes que cada vez calan más entre los cordobeses a juzgar por el público cada vez más numeroso que aguarda su pasos y que ayer superó ampliamente el de ediciones anteriores. Los cordobeses flanquearon en todo momento un recorrido que, independientemente de lugares y momentos de hondo contenido religioso o estético, tuvo, por azar o por la propia dinámica de la marcha, un instante especialmente significativo cuando los pasos de ambos titulares, el Cristo de la Universidad y Nuestra Señora de la Presentación, pararon un momento frente a la puerta del viejo Rectorado que preside el escudo de la Universidad.
Las circunstancias quisieron que varios académicos y profesores se encontrasen, momentos antes, en la habitual sesión de los jueves de la Academia - que provisionalmente viene acogiendo el salón de columnas del edificio Pedro López de Alba- donde habia presentado una ponencia sobre la imagen urbana de Córdoba y el Plano de los Franceses de 1811, el profesor de Geografia y vicerrector de Ordenación Académica Jose Naranjo, lo que motivó que varios de los asistentes se quedasen por la zona para no perderse la singular circunstancia del paso de la Hermandad ante el histórico edificio de Alfonso XIII.
En representación de la Universidad siguió el recorrido el vicerrector de Nuevas Tecnologías Juan Antonio Caballero a quien acompañaban el decano de Filosofía, Eulalio Fernandez y el pregonero y profesor de la Facultad de Derecho, Juan Luis Sevilla Bujalance