Cuba tiene siempre una especial capacidad de ser redescubierta, una y otra vez, bajo los aspectos más insospechados. Pero algunos de ellos saben permanecer prácticamente inmutables, transformándose sólo en función de quien los contempla, sin dejar de ser ellos mismos. Son esas visiones siempre eternas y siempre diferentes, que sin duda encuentran una de sus mejores expresiones en la ciudad de La Habana, la Cádiz de las Antillas.

Así que no es de extrañar que la capital caribeña seduzca especialmente a los fotógrafos ya que constituye terreno abonado para la infinita capacidad de sugerencias que las imágenes son capaces de captar y transmitir y que, en definitiva, no son sino los infinitos modos que de percibirlas tiene el ser humano o, si se quiere, el artista que, en mayor o menor grado, todos llevamos dentro.

Tres personajes y tres maneras de contemplar y vivir un mismo lugar es la nueva propuesta que nos presenta la Sala de Arte Puerta Nueva de la mano de los fotógrafos Rodolfo Martínez y Manuel Muñoz y de los textos de Mónica Carabias. Ellos nos transmiten la visión del nativo y del foráneo que, al mismo tiempo es también la visión de dos miradas diferentes; por un lado la que se lleva a cabo sobre la ciudad, su diversidad, su arquitectura, su capacidad para albergar una vida que se expresa de mil y un maneras y que construye, destruye y reconstruye a cada momento que pasa; por otro la interpretación romántica, intimista, tanto de esa realidad como, a través de ella, del propio sentir e imaginar. Miradas que encuentran su complemento, pero también su contrarréplica, en las palabras de Mónica Carabias.

Ambos terrenos son propicios a la poesía. Y en buena parte nos hallamos ante una propuesta poética. Geometrías, rostros, elementos arquitectónicos, la luz, los espacios reales e intuidos… Una propuesta a la que es difícil resistirse porque la podemos interiorizar dentro de nuestras propias experiencias y por tanto, compartirla y enriquecerla.