Leonor de Guzmán personifica la presencia activa de la mujer en muchos ámbitos de la vida pública en una época en la que generalmente le estaban vedados. Miembro destacado del estamento dirigente, ayudó a construir la memoria histórica de su clase y, como cabeza de familia de la Casa Portocarrero de Palma - aunque su papel era de sustituta temporal del verdadero señor y gobernante, menor de edad- tomó decisiones, dirigiendo villas y vasallos y formó parte de la ofensiva política que dirigió a su clan familiar hacia la corte, diseñando para ello una trayectoria cuya última meta era el triunfo del linaje. Para ello llevó a cabo una estrategia de promoción social para sus hijos que triunfó plenamente a través de personas como el quinto conde de Palma o del cardenal Portocarrero, cuya ascensión social no fue exclusiva de sus personas sino que abarca a toda la Casa y al linaje entero.
De todo ello nos habla Rosa María García Naranjo en su libro "Doña Leonor de Guzmán o el espíritu de casta", editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba en colaboración con la Diputación provincial, Cajasur y la Asociación Saxoferreo, en el que la faceta de administradora y gobernante de la marquesa de Almenara se estructura en torno a tres ámbitos. El primero de ellos se centra en la economía señorial y el papel fundamental que jugaban en los ingresos el dominio de la tierra y la fiscalidad de regalía y jurisdiccional y en los gastos la "forma señorial" de entender la gestión del patrimonio, en la que el sostén de la autoridad y el "peso social" de la casa eran lo fundamental.
El segundo ámbito considerado es el de las relaciones sociales en el marco del señorío, fuertemente anudadas con la condición de vasallos de sus habitantes sobre los que se desplegaba una imagen protectora y unas acciones paternalistas y benefactoras. Sin embargo cuando el conflicto se manifiesta de forma agresiva por parte de esos vasallos la norma de actuación deja de ser la intervención paternal y pasa a serlo la represión violenta.
El tercero, es el del sistema de gobierno señorial. Comos señora de vasallos, Leonor de Guzmán, ostentó importantes facultades en los terrenos jurisdiccional, gubernativo y fiscal, lo que ponía en sus manos una gran influencia y poder y la posibilidad de intervención en numerosos aspectos de la vida local, entre ellos la facultad de nombrar los cargos del concejo a los que sometía a control mediante el juicio de residencia. El acceso a estos cargos y el clientelismo fueron los medios por los que algunas familias llegaron a constituir una oligarquía afianzada en los cargos del gobierno.
Con la muerte de Leonor de Guzmán los Portocarrero se fueron de Palma a la corte y ya jamás volvieron a residir en la villa cordobesa, muchos de cuyos procesos históricos son incomprensibles sin la presencia señorial. Para la autora "aún pueden apreciarse en el lugar las manifestaciones físicas del orgullo nobiliario y de casta de sus señores, y las de un orden social, político y económico y de unos valores, impuestos monolíticamente, cuya aceptación significaba la asimilación por el sistema y la entrega absoluta a una visión de la sociedad y del hombre que aseguraba la conservación de ese sistema"
La obra se completa con una relación de fuentes, documentos, árboles genealógicos, cuadros e índices que constituyen un valioso conjunto de datos e informaciones sobre un momento histórico de profundos y trascendentales cambios.
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Martes, 08 de Noviembre de 2005 11:15
'Doña Leonor de Guzmán o el espíritu de casta', nuevo libro del Servicio de Publicaciones de la UCO
G.C. - C.M.
Publicado en
Actualidad Universitaria