Los varones también acreditan mayor experiencia laboral, aún reduciéndose las distancias, respecto de las mujeres y su intención emprendedora aumenta con la edad a la inversa de lo que sucede con ellas. Las motivaciones y frenos para la creación de empresas son similares para ambos géneros. Entre las primeras están poner en práctica las propias ideas y la independencia personal y entre los obstáculos la falta de capital inicial y la situación económica. Para los varones los sectores potencialmente mas atractivos son los relacionados con las nuevas tecnologías mientras que las mujeres se inclinan más por el comercio. Unos y otros coinciden a la hora de señalar las profesiones mas valoradas: Medicina, Ingeniería y Direccion de empresas se sitúan en los tres primeros lugares, siguen la abogacía y en quinto lugar aparece el empresariado. Para los hombres los atributos que definen a los empresarios son " ser capaces de asumir riesgos en su empresa" y " ganar mucho dinero", las mujeres coinciden en que son capaces de asumir riesgos pero seguido de su " capacidad para dialogar con los trabajadores" y que "invierten dinero". El menor grado de acuerdo en ambos casos se da con los atributos de creación de empleo y claro criterio de justicia social.
Entre las conclusiones se destaca la necesidad de llevar a cabo acciones encaminadas al fomento del emprendimiento y diferenciadas por géneros desde la Universidad y las Administraciones competentes. En el acto de presentación, junto a la autora, intervinieron la presidenta del Consejo Social ,Anabel Carrillo, quien destacó la calidad del trabajo realizado y cómo los datos van señalando una progresiva incorporación de la mujer a los ambitos emprendedores y empresariales , asi como el vicerrector de Estudiantes y Cultura, Manuel Torres ,quien subrayó asimismo la labor que viene desarrollando la Universidad en este campo especialmente a través de instituciones como Fundecor.