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Jueves, 18 de Octubre de 2007 15:44

Francisco Ayala defiende el evolucionismo como una via de armonización entre la Ciencia y la Fe contra las teorias del llamado ' diseño inteligente'.

G.C. - C.M.
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La evolución por selección natural está más de acuerdo con la fe religiosa en un Dios de amor, de misericordia y sabiduría que el llamado "diseño inteligente" que atribuye al Creador las imperfecciones del mundo de la vida. Sobre esta idea hizo girar el biólogo y profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California, Irvine, Francisco J. Ayala, las dos conferencias que pronunció ayer en la Universidad de Córdoba.

La primera, por la mañana, en el aula magna del campus de Rabanales con el título "La revolución de Darwin. De la selección natural a la evolución humana" iniciaba la conmemoración del bicentenario del padre del evolucionismo y la segunda, por la tarde, en el salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras esta vez sobre "Darwin en la Historia de las ideas. De la Teología Natural a la Selección Natural" inauguraba una nueva edición del ciclo del Aula de Religión y Humanismo "La memoria de Europa en un mundo global".

La presencia del que fue presidente de la American Association for the Advancement of Science y miembro del Comité de Asesores de Ciencia y Tecnología del presidente Clinton despertó en ambos casos gran expectación y amplísima asistencia de público ante el que Ayala, desde distintas perspectivas expuso su convicción de que Ciencia y Fe religiosa no están en contradicción, ni pueden estarlo, puesto que tratan de asuntos diferentes que no se solapan, La Ciencia busca descubrir y explicar los procesos de la Naturaleza. La Religión trata del significado y propósito del universo y de la vida, la relación entre los humanos y su creador y los valores morales que inspiran y guían la vida humana.

Para el conferenciante, que cuenta en su haber con la Medalla Nacional de las Ciencias de los Estados Unidos, la selección natural explica la evolución de las especies a través de millones de años y la adaptación de los organismos a su entorno. Pero el mundo de la vida está lleno de imperfecciones, sufrimiento, crueldad y sadismo. La espina dorsal está mal diseñada, los depredadores devoran a sus presas, los parásitos destruyen a sus huéspedes. La selección natural explica esas calamidades que, por ello, no necesitan ser atribuidas al mal diseño o perversidad del Creador y están más de acuerdo con la fe que la formulación específica del creacionismo conocida como "diseño inteligente" según la cual la mera complejidad de los organismos vivos delata que han sido "diseñados por un diseñador" en cuyo caso, según Ayala, dadas todas las imperfecciones existentes "éste sería un pésimo ingeniero, un diseñador torpe, cruel y mísero". Sólo la teoria de la evolución puede explicar tal calamidad como consecuencia de la selección natural que es un proceso torpe y azaroso.

Coincidiendo con la opinión de Juan Pablo II cuando dice que, la Biblia nos habla del origen del Universo y de su creación, no para proporcionarnos un tratado científico, sino para establecer las correctas relaciones del hombre con Dios y con el Universo, Ayala discrepa de quienes se ciñen a su tenor literal, "porque además sus textos se contradicen a si mismos en muchas ocasiones". Ayala, que profesó como sacerdote dominico para después abandonar su vocación, y que ha publicado recientemente el libro "Darwin y el diseño inteligente. Creacionismo, cristianismo y Evolución" ( Alianza, Ensayo) apoyó su argumentación en distintos aspectos de la evolución humana y molecular, analizando algunos aspectos del creacionismo fundamentalista que se da en los Estados Unidos, el poder y los límites de la Ciencia y el papel jugado por Darwin en la historia de las ideas.