Para el fiscal antimafia de Palermo Piero Grasso, las vías y procedimientos a través de los cuales la Mafia se infiltra en la Administración Pública, la economía y la política son dificílmente detectables. " La Mafia actúa de forma invisible, sólo cuando se produce algún hecho delictivo espectacular estos entramados salen a la luz". Tanto para él como para el prefecto ( delegado de gobierno) de la capital siciliana, Giosué Marino, ponentes ambos del curso " Mafia, Cine e Instituciones", esta capacidad de la organización para situarse silenciosamente en los centros decisorios del poder es quizá su arma más temible y más difícil de combatir, sobre todo cuando " la actividad mafiosa es, hoy en día, algo más centrado en la política y en los negocios que en los hechos delictivos". Para Grasso cabría hablar de una especie de "Mafia legal" o que busca cobertura legal para sus actividades, " lo que hace más difícil descubrir y reprimir sus acciones". Ello, y el hecho de que muchos varones hayan sido encarcelados, ha determinado una mayor presencia de las mujeres, tanto en lo que se refiere al primer aspecto como a la hora de "gestionar" los negocios de sus familiares presos. Unos negocios que mueven más de 35 millones de euros al año.

Desde 1992 el estado italiano ha intensificado las medidas legales para combatir globalmente las actividades mafiosas sea cual fuere el ámbito en que produzcan. "Se trata de una normativa especial, pero siempre sujeta a las exigencias democráticas, en la que no se contemplan situaciones ni procedimientos excepcionales", comenta el fiscal italiano que cita como ejemplos, la dispersión de los presos en cárceles especiales " para evitar que sigan organizándose dentro de ellas y dirigiendo desde sus celdas la organización", la creación de una fiscalía nacional y de 26 fiscalías antimafia de distrito, una mayor dureza de las penas o una serie de medidas encaminadas a contar con colaboradores o informadores entre los propios mafiosos. " Como la Mafia es una organización que actúa en secreto sólo podemos actuar eficazmente si conocemos lo que sucede dentro de ella o lo que planea".

Tanto para Grasso como para Marino, la visión que se tiene sobre el silencio que guardan los ciudadanos acerca de cualquier aspecto que puedan conocer relativo a la " Cosa Nostra" es real. Por lo general nadie sabe nunca nada. "Además la Mafia presta una serie de "servicios" a los ciudadanos que garantizan su seguridad en forma de "protección", o que posibilitan, por ejemplo, la restitución de cosas robadas..." comentan. En cualquier caso, y por lo que se refiere a la visión que del fenómeno transmite el cine, la realidad siempre tiene para ellos la potencialidad de superar cualquier ficción. "No nos asombramos de nada".

Para un fiscal antimafia, la vida no es fácil. Grasso tuvo la oportunidad de trabajar con el juez Giovanni Falcone, posteriormente asesinado al explotar una bomba al paso de su automóvil cuando circulaba por la autopista Palermo Trapani. El mismo año, 1992, era asesinado también el juez Paolo Borsellino. Permanentemente amenazados, deben adaptar su conducta a una serie de mecanismos de seguridad. " Nunca puedes confiar plenamente en nadie, pero aprendes a vivir así, y es pensar en personas como ellos lo que te anima a la hora de llevar a cabo tu trabajo".