Los 34 alumnos del curso "Expresión corporal aplicada a la lengua de signos española" que se imparte en los Seminarios Universitarios de Lucena aprenden la relación entre la expresión corporal y el lenguaje de signos.

La profesora de este curso, María Arias, explica que el objetivo del curso es mejorar el conocimiento de la sociedad sobre las personas sordas y explicarles cómo la expresión corporal se convierte, poco a poco, en lenguaje de signos, porque ambas formas de comunicación usan la expresión facial, el ritmo, el espacio, el movimiento, etc., aunque de distinta forma.

Entre las diferencias entre la expresión corporal y lenguaje de signos, Arias menciona, entre otras, el distinto uso del espacio que realizan cada una de ellas. Así, en expresión corporal puede usarse todo, mientras que en el lenguaje de signos el espacio se circunscribe a la zona visual limitada desde el tronco a la cabeza.

Para Arias, aprender el lenguaje de signos, el vocabulario, las construcciones gramaticales, etc., puede ser muy difícil para una persona adulta, pero a través del conocimiento de la expresión corporal puede resultar más sencillo, puesto que tienen muchos puntos en común.

Precisamente para demostrar la interconexión de expresión corporal y lenguaje de signos, María Arias propone a sus alumnos distintos ejercicios prácticos de carácter visual, manual y corporal, como dibujar en el aire con las manos o imitar con las manos otras partes del cuerpo.

De esta forma, indica Arias, los alumnos pueden ir reconociendo algunos gestos básicos del lenguaje de signos que son los mismos que forman parte de nuestro lenguaje no verbal y que aprendemos desde niños.

Por ello, la profesora insiste en que sería importante que los más pequeños aprendieran el lenguaje de signos al mismo tiempo que aprenden a escribir o leer, porque de esta forma se facilitaría la inserción de las personas con deficiencias auditivas.