El Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba ha acogidoacoge la sesión titulada "Tartesos: una realidad histórica itinerante: mito y realidad", conducida por Eduardo Ferrer Albelda, profesor titular de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. Eulalio Fernández, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba ha procedido a la apertura del acto, el cual ha sido presentado por Desiderio Vaquerizo Gil, catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba.
Eduardo Ferrer Albelda comenzó su intervención aludiendo a la controversia existente en torno a Tartessos, que explica cómo los misterios en torno a dicha civilización y la saturación bibliográfica “desvirtúan el punto de partida del análisis histórico”. El profesor de la Universidad Hispalense hizo referencia a que Tartessos, lejos de relacionarse con un problema arqueológico, alude a un problema literario. En relación al lugar que ocupa Tartesos en el imaginario de los historiadores, Eduardo Ferrer ha destacado la identificación de Tartesos con Andalucía, como “reserva de la españolidad frente a las invasiones fenicias” y como un elemento en la construcción del pasado.
Ferrer Albelda subrayó el “interesante giro” que se produce con las investigaciones de Schulten, pues éste identifica a Tartesos con una civilización egea, es decir, “lo convierte en una cultura griega”. El ideal shulteniano se concreta en una monarquía de origen egeo y de raza aria, un estado centralizado en una capital, aliado de los griegos y enfrentado a los bárbaros.
El profesor de la Universidad de Sevilla ha recalcado que “Tartessos ha adquirido significantes que no se corresponden con el significado que tenía en la Antigüedad”. Esta visión plantea cómo “para un griego, Tartessos es un espacio geográfico litoral”, destacando el proceso de mitificación que rodea a dicha civilización situada en los términos del mundo conocido. Tartessos se identifica con Tártaro, entendido como “los límites occidentales donde se oculta el sol”.
El mito que rodea a Tartessos, entendiéndolo como el extremo de occidente, se identifica con la visión de los griegos en Época Arcaica, que lo asemeja a un territorio fronterizo y con sus habitantes situados “más allá de las columnas de Heracles”.
Eduardo Ferrer Albelda ha concluido su intervención aludiendo a la “deficiente y acrítica lectura de los textos” debido a motivaciones políticas, centradas en una “manipulación local y regional” que justifica el presente con un pasado glorioso.