Gazpacho de cerezas con pichón asado, carpaccio de ciervo con espuma de coco, lomo de jabalí ligeramente ahumado con queso de cabra y arroz de conejo con setas. Con esos ingredientes ha cerrado hoy el V Curso sobre Seguridad Alimentaria y Sanidad Animal de la Universidad de Verano Corduba, dedicado hoy viernes a analizar el valor nutritivo, medio ambiental e incluso económico de la carne de caza. El director del Instituto Andaluz de la Caza, Rafael Cadenas, ha explicado, además de las bondades de este tipo de producto, criado en un medio natural, pero igualmente inspeccionado antes de su comercialización, el valor económico que la actividad cinegética tiene en Andalucía. En este sentido, Cadenas ha adelantado alguna de las conclusiones del macroestudio que en estos momentos realiza la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y que, en un año y medio, valorará en términos económicos la caza, que sólo en el ámbito forestal mueve, según Cademás, unos 3.000 millones de euros anuales.

El curso ha repasado hoy además toda la normativa de control sanitario para la carne de caza dedicada al consumo humano, destacando el papel que juegan los veterinarios en la inspección de la carne en la caza mayor y la autoinspección que los cazadores realizan en el campo cuando cobran una pieza para su autoconsumo.