No tienen efectos psicotrópicos, ni ocasionan perjuicios visibles en el organismo, pero sus efectos pueden ser igual de devastadores para el individuo y para su entorno familiar y social que las ligadas a las sustancias químicas. Son las otras adicciones, las dependencias a pautas de comportamiento. La ludopatía, las compras compulsivas, o el uso abusivo e irracional de las nuevas tecnologías son patologías cada vez más extendidas y que han tenido su apartado propio en curso de la Universidad de Verano "Conductas adictivas y salud".
En la actualidad son muchos ya los adolescentes que presentan síntomas de ansiedad si no pueden utilizar su teléfono móvil o pasar horas delante del ordenador. Es una patología de reciente aparición que provoca la preocupación de padres y profesores y que también afecta a la población adulta. El cambio de carácter, el aumento del tiempo de ocio dedicado a jugar, chatear o navegar por internet, y la incapacidad de controlarlo son indicios que deben levantar la voz de alarma. En cualquier caso, para la psicóloga Victoria García, "no hay que dramatizar", el tratamiento de este tipo dependencias pasará por la intervención familiar y profesional sobre esta pérdida de control y la reelaboración de un estilo de vida más gratificante. En el caso de los menores, las recomendaciones para los progenitores son claras "las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida cotidiana, hay que integrarlas en la dinámica familiar, intervenir sobre los horarios e intentar que el ordenador esté en una zona común de la casa y que los padres participen de las actividades de sus hijos frente al ordenador". El uso del móvil en las aulas es otro de los puntos a los que ha hecho referencia la experta en dependencias. El conflicto llega en los alumnos de los cursos superiores de la ESO; en este caso la pauta es clara: "la prohibición del uso del teléfono dentro de las clases".
Junto a dependencias emergentes como las relacionadas con la revolución tecnológica, la sociedad actual padece otro tipo de adicciones. El consumo compulsivo, el trabajo, el sexo, la comida son otras dependencias que deben ser tratadas. Victoria García ha señalado que son las mujeres las que se muestran más propensas a la adicción por las compras o la comida, son personas con baja autoestima, con escasa tolerancia a la frustración que sienten un impulso incontrolable por adquirir cosas innecesarias. El cambio en las pautas de vida, la ayuda de profesionales y del entorno familiar son también en este caso determinantes en la superación de esta dependencia.
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Actualidad Universitaria