El papel que jugaron las revistas literarias en el lustro que duró la II República Española y su importancia dentro del ámbito cultural de la época han sido los elementos fundamentales de debate y reflexión en la sesión de tarde de la primera jornada del IV Congreso sobre Republicanismo.

El escritor y crítico de arte, Juan Manuel Bonet, ha destacado en su ponencia el papel que jugaron estas publicaciones literarias, consideradas en ocasiones menores, como “laboratorio de ideas y elementos de reflexión social y cultural que nos han permitido conocer importantes aspectos de la cultura de los años 30 y que marcaron un camino que rompía con la unidireccionalidad”.

Bonet ha destacado cómo “después de un período de oro para el mundo de las revistas literarias, como fue la década de los 20, un período de coexistencia y convivencia literaria, se dió paso a la radicalización y la década ideológica de los 30”.

El crítico de arte señaló también que la década de los 30 fue un período de “ruptura intelectual en el que costaba encontrar publicaciones hoy ya célebres - como la Revista de Occidente o la Gaceta Literaria, surgida en el 27 - y en el que convivieron multitud de poetas y escritores en revistas de todo tipo de ideología, desde Cruz y Raya, de José Bergamín, a la revista Azor”

“Estas revistas dieron paso a una nueva generación, la de aquellos jóvenes poetas modernos que se reconocían en un ideario laxo en revistas como Literatura, Frente Literario o la cordobesa Ardor.

A partir del 31, según Bonet, “se produjo la radicalización ideológica y la mirada hacia el pueblo de los intelectuales en las llamadas revistas de avanzada que encuentran ejemplos en nombres como Octubre de Rafael Alberti, Nueva Cultura o la revista malagueña Sur”.

Tal y como ha expresado Juan Manuel Bonet, “las revistas literarias de la II República no sólo consiguieron aglutinar a nombres de la Generación del 27 como Cernuda o Emilio Prados sino que reunieron también a importantes ilustradores que seguían el concepto de arte utilitario, como Rodríguez Luna”.

“Con la llegada de la Guerra Civil desaparecieron importantes títulos pero sobrevivieron revistas como La isla de Cádiz, en el bando republicano. Nueva Cultura y el franquista Vértice”. Todos ellos, ha concluido Bonet, son ejemplos de nuestra historia y “reflejo de la realidad cultural de una época que ha sido poco estudiada”.