Con la música como nexo de unión, el Aula de Religión y Humanismo de la Universidad de Córdoba abrió ayer tarde sus actividades abordando una segunda parte del ciclo iniciado el pasado año bajo el titulo " Religión , humanismo y cultura. la memoria de Europa en un mundo global" en esta ocasión centrado en el Renacimiento, el Humanismo y la Reforma.La encargada de hacerlo fue la directora de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, Pilar Tomás, desde la triple perspectiva de su actividad como gestora cultural, como investigadora y cómo solista en grupos de cámara.

Tomás trazó una amplia reflexión sobre el contexto en que puede analizarse la relación entre dos conceptos como música y religión, señalando la escasa atención que desde siempre se ha prestado a las disciplinas musicales en el marco de los estudios universitarios, quiza por el matiz artesanal que caracteriza la manera de transmitir este tipo de conocimientos, en la que el profesor trabaja de forma casi exclusiva y personalizada con cada alumno la técnica del canto o de los diversos instrumentos.

Para la conferenciante el lenguaje musical occidental no hubiera podido existir sin la religión, por cuanto hunde sus orígenes en el canto gregoriano desde cuya estructura musical evoluciona hasta la escritura que, a partir del Renacimiento, se configura en torno al pentagrama y el sistema de claves y de notas. " En definitiva somos herederos de una tradición que está en lo más profundo de nosotros mismos- afirmó- y quiza ello bastaría para defender la importancia de la música religiosa".

Según Tomás el caracter laico que domina la vida actual hace que cualquier reflexión sobre religión se asocie enseguida a cuestiones de dogma o de doctrina, cuando en ella está la génesis de importantes elementos culturales. Otro problema es dar a la música religiosa el carecter lúdico con que hoy se conciben las manifestaciones músicales, cuando su origen es otro. " Y precisamente ahí radica un tercer problema: hacer este repertorio comprensible y llevarlo al contexto y al sitio en que debe estar". Por otra parte, añadió, también tendemos a valorar mucho la música religiosa de otras culturas sin ser conscientes de la gran aportación de la nuestra a la cultura musical universal.

Incluso la propia Iglesia ha contribuido a esta dificultad para expandir el repertorio musical religioso al relegar las funciones de la música sacra dentro del culto, tras el Concilio Vaticano II, y al ir desapareciendo de los cabildos figuras como el maestro de capilla o el organista. Por otra parte la desamortización del XIX contribuyó a la dispersión del patrimonio musical de muchos conventos y monasterios. " De aqui que la tarea de un programador de eventos como la Semana Musical de Cuenca u otros similares sea muy compleja.Y es que para comprender la razón de ser de esta música es preciso situarla en el hecho religioso para el que fue concebida y ponerla en relación con el mensaje que quiere comunicar; algo dificil de conseguir, por ejemplo, en una sala de conciertos al uso. Algo parecido pasa con los autos sacramentales en los que no tiene sentido la música sin el texto, ni el texto sin la escena".

Pilar Tomás fue presentada por la directora del Aula, Maria Dolores Muñoz, quien recordó el caracter abierto, plural y participativo de ésta, tratando de interpretar el lenguaje y las inquietudes del tiempo actual y propiciando la contraposición de opiniones entre especialistas cualificados desde una visión laicista, por entender, con Hannah Arendt, que sólo desde el laicismo se puede profundizar en nuestras raices espirituales. En el acto inaugural estuvo también presente el director general de Cultura de la UCO, Octavio Salazar Benítez, quien elogió la actividad de la Cátedra y el interés y actualidad de los temas que aborda, subrayando el empeño de la Universidad por potenciar su papel en el ámbito cultur