cuperar la memoria oral de hechos significativos de nuestra más reciente historia, ignorados u ocultados, que conforman ese tiempo pretérito en riesgo de perderse", según el protocolo firmado hoy en el Salón de Columnas del Rectorado. En el mismo documento se expresa que "existen innumerables fuentes de información oral para toda clase de investigaciones históricas, tantas como personas vivas en condiciones de contar sus vivencias y recuerdos, que generalmente quedan destruidas con su ausencia", así como el compromiso de "revalorizar el papel de los mayores en la vida de nuestra sociedad y enriquecer la cultura a partir de la recuperación de la memoria oral".

En este sentido el presidente de la Fundación Ágora del Pensamiento Social, Manuel Rubia, puso de relieve cómo la Asociación ha nacido en el seno de la generación nacida entre los años 20 y 40 del siglo pasado " y de una clase que siempre estuvo obligada a luchar por sus señas de identidad". De la Rubia señaló cómo esa generación sufrió durante cuarenta años " persecución, represión y desprestigio de la identidad como ciudadanos libres y como clase trabajadora" junto al intento de dejarla " sin memoria histórica, sin dioses y sin ideología". Un medio dentro del cual, sin embargo, inició la carrera por la libertad y por la democracia protagonizando la lucha social y política que habría de llevar a la instauración del actual sistema político.

Sin embargo para el exdirigente sindicalista cordobés hoy se detecta una cierta enfermedad generacional - que denominó Alzheimer social - a modo de "pérdida progresiva de memoria, que se manifiesta en la ignorancia y desestima hacia las personas que componemos esa generación, que fuimos protagonistas de la historia y que somos historia viva", demandando el apoyo de las instituciones para, a través del proyecto del archivo oral histórico "romper esa tendencia al olvido de nuestro pasado".

Los representantes de las instituciones, en sus distintos turnos de palabra se congratularon de esta iniciativa, que coincidieron en calificar de enriquecedora para la historia y la cultura, para la mejor comprensión del presente a través de un mejor conocimiento del pasado, para recuperar la dignidad de una generación y para seguir potenciando la candidatura cordobesa a la capitalidad cultural de Europa. En el caso de la Universidad el rector Eugenio Domínguez expresó el particular compromiso de la institución dado que precisamente su función principal es transmitir y enriquecer los conocimientos.

Una Comisión será encargada de estructurar y poner en marcha el proceso así como de elaborar las herramientas para ello. Como primeras líneas temáticas de actuación figuran entre otras el protagonismo de la mujer durante la II República y la guerra civil en Córdoba y provincia, el hambre y la represión durante la postguerra, la educación en los años posteriores a la contienda o la lucha de la cultura por abrirse camino durante la Dictadura hasta llegar a la Universidad de Córdoba y sus antecedentes etc… "La idea es - en palabras de Manuel Rubia- no sólo crear una fonoteca del pueblo, sino llevar también su voz a publicaciones noveladas, que potencien su difusión y que constituyan historia viva".