erior Gobierno diseñó a través del Real Decreto 1742/2003 de 19 de diciembre y que el Consejo de Ministros suspendió el pasado vienes. La conclusión, adelantada ya en las jornadas de trabajo celebradas el 10 de marzo en la Universidad Complutense de Madrid, es que los vicerrectores rechazan de plano la posibilidad de que cada Universidad piense su propio modelo para admitir alumnos. Al contrario, la Red Universitaria de Asuntos Estudiantiles (Runae) ha vuelto a pedir hoy que exista un único modelo para todos y la adecuada coordinación entre los responsables de las Enseñanzas Medias y las Universidades. Ya en el mes de marzo, en su documento de conclusiones, la Runae pedía “un sistema general de acceso y admisión unificado, objetivo y universal para el conjunto de las universidades públicas españolas, con validez en todo el territorio nacional y de reconocido prestigio en el espacio internacional”.

Los vicerrectores piden ahora diálogo con el Ministerio de Educación para, una vez suspendida la Prueba General de Bachillerato, diseñar entre todos un nuevo modelo que sustituya a la actual Selectividad. La secretaria general de la Runae, Montserrat Martínez, ha explicado que con todo ello lo que se pretende es garantizar los principios de “igualdad, méritos y oportunidad”. Igualmente ha insistido en la necesidad de coordinación entre los campus para asegurar el distrito abierto en los mismos términos existentes en la actualidad, de forma que se garantice la movilidad estudiantil.
Inserción laboral

El pleno de la Red Universitaria de Asuntos Estudiantiles, comisión sectorial de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), ha aprobado además las propuestas realizadas por el grupo de trabajo de orientación laboral. Así, los vicerrectores han confirmado su apoyo a los equipos que trabajan por la elaboración de una normativa de prácticas, el apoyo al autoempleo y la creación de un sistema de orientación laboral, asi conmo por una red de servicios de empleo y de observatorios que estudien el grado de inserción laboral de los universitarios. En este sentido, el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Barcelona, Joan Guardia, ha adelantado que, según los últimos datos, algo más del 80 por ciento de los titulados universitarios encuentra empleo relacionado con sus estudios en un plazo no superior a tres años después de dejar el campus. En este sentido, Guardia ha insistido en que “aquello de que la Universidad era una fábrica de parados es más una leyenda que una realidad”. Además, según los datos que maneja la Runae, en los últimos cinco años se ha duplicado el número de alumnos que realiza prácticas en empresas y de ellos, el 12 por ciento acaba fichando por la misma empresa que los tutoriza. En cuanto al tipo de contrato, Guardia asegura que en los primeros años suelen ser de prácticas o de obra y servicio.

El vicerrector de Estudiantes de la UCO, Manuel Torres, ha asegurado que estos datos son aplicables en su caso y ha añadido que el 80 por ciento de los titulados que encuentran en empleo se queda en la provincia, frente a un 15 por ciento que trabaja en otras provincias andaluza y un 5 por ciento que lo hace en otros lugares del país.



Deporte universitario

Por último, la Runae ha abordado el futuro del deporte de formación y de competición dentro de los campus. En este sentido, el grupo de trabajo dedicado al deporte ha presentado un informe en el que se anima a las universidades a buscar un término medio entre esas dos facetas para evitar que se sacrifique una por otra. Así han alertado sobre la “pérdida de impacto” del deporte entre la comunidad universitaria. Un problema que se solucionaría, a juicio de los vicerrectores de Estudiantes, definiendo claramente las prioridades y encontrando el equilibrio entre el servicio público y la competición deportiva. Por eso, desde Córdoba ha salido la propuesta de trabajar conjuntamente desde las Universidades, las Comunidades Autónomas y el Consejo Superior de Deportes. Además, los responsables del deporte universitario ven como una buena oportunidad la búsqueda de financiación privada para el área de la competición, siempre que ningún responsable olvide que los alumnos “antes son estudiantes que atletas” y nunca degenere en competencia entre universidades más allá de lo deportivo.