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GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR: Cultura de Paz, Conflflictos, Educación y Derechos Humanos
LA ADMINISTRACIÓN TRUMP Y CUBA: AÑO ELECTORAL 2020
Soraya Castro Mariño Universidad de La Habana (Cuba)
Introducción
El retroceso en las relaciones Cuba-Estados Unidos a partir del Memorando Presidencial sobre Seguridad Nacional (NSPM), anunciado por el Presidente Donald J. Trump en Miami el 16 de junio 2017 (Trump, 2017), y la entrada en vigor e implementación de mayores medidas punitivas económicas, comerciales y financieras en noviembre (Treasury, 2017) (Commerce Department, 2017), así como la decisión de reducir al personal diplomático de su embajada en la Habana el 28 de septiembre, bajo el pretexto de supuestos “incidentes sónicos” (Pardo, 2017), y la espiral de acontecimientos entre los cuales se encuentra la expulsión de 17 diplomáticos cubanos de la embajada cubana (Gardiner, Hirschfeld Davis and Londoño, 2017) definió un contexto, que devino no solo en un retroceso del proceso hacia la normalización de relaciones iniciado por la Administración de Barack Obama el 14 de diciembre 2014. Este fue el inicio de un enrarecimiento en las relaciones Cuba- Estados Unidos de América, en donde lo sucedido hasta el 2020, año electoral, podría definirse como un entorno muy pernicioso, caracterizado por más sanciones y presiones durante la pandemia mundial de COVID 19. En otras palabras, el escenario actual en un año electoral en Estados Unidos de América, una fuerte crisis socio-económica en la Isla y un entorno internacional marcado por una gran incertidumbre no solo es negativo, sino que probablemente se mueva hacia un nivel más nocivo, si Donald Trump resulta reelecto en noviembre 2020.
El entorno de la Administración de Donald Trump en un año electoral
Estados Unidos de América (EE.UU.) se encuentra inmerso en una crisis de su sistema político que constituye reflejo de su crisis social (Coll, 2017). Si bien a corto plazo, la situación económica en el 2020 reflejan la persistencia de importantes señales recesivas, mientras que no se logra reducir la inequidad social, el declive de la clase media y la insatisfacción respecto a las instituciones políticas a todos los niveles de gobierno (Silverglate, 2017). La inequidad, los graves problemas raciales, la polarización política y social revelan un proceso de renovaciones económicas, sociales y políticas que marcan profundas pautas transformativas a mediano plazo.
A pesar de su relativo declive, EE.UU. conserva la supremacía político-diplomática, cultural- informacional y militar como Estado-Nación a nivel global, aún y cuando sufre una reducción de su peso en la economía mundial y enfrenta nuevos polos de poder con capacidad para constituir desafíos a su hegemonía.
Por ende, se ha estado produciendo una readecuación de su proyección imperial, sobre la base de una actuación más belicista, unilateral y agresiva, que prioriza los instrumentos de la fuerza o la amenaza de su uso, y mantiene la aplicación de la Guerra de Cuarta Generación (4G) (Lind and Thiele, 2015).
La situación interna del país transita por un período altamente polarizado y disfuncional en el cuál también están teniendo lugar variaciones fundamentales. La intensa polarización político-
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