Hace cien años que nació Gloria Fuertes
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5 años 2 meses antes - 5 años 1 mes antes #63
por club-lectura
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Hace cien años que nació Gloria Fuertes Publicado por club-lectura
Y por eso la traemos a nuestro Club de Lectura, por eso y porque hace tiempo que no leemos poesía, y porque creemos que es una escritora paradójicamente poco conocida, y porque Gloria lo vale, claro que sí.
¿Quién no conoce a Gloria Fuertes en España y fuera de ella (hace poco la compañía aérea Norwegian puso su imagen en uno de sus aviones )? ¿quién no ha leído alguna vez algún poema suyo… para niños? Es esta su faceta más conocida, pero nosotros nos vamos a fijar en la Gloria poeta para adultos (sí, oh sorpresa, también tiene una extensa obra poética para adultos): la Gloria autodidacta por su doble condición de obrera y de mujer en la España de los cuarenta, la Gloria pacifista y entregada al prójimo, la Gloria enamorada y golpeada por el desamor que quedó sepultada por esa otra que recitaba con voz ronca y chalecos de fantasía en un sillón de mimbre sus divertidos poemas infantiles para el programa “Un globo, dos globos, tres globos”, tan popular e icónica que incluso se convirtió en objeto de imitación por los humoristas del momento.
¿Tanta diferencia hay entre una y otra? Pues sí, y no. Las características de su poesía adulta se asemejan a las de la poesía infantil: humor, sencillez, tono directo, falsa ingenuidad (candidez volteriana), lógica peculiar, innegable sentido lúdico, alejamiento del academicismo…
Pero es en los temas tratados en los que se trasluce una Gloria que nació pobre y vivió muy joven una guerra en sus carnes, que apenas pudo estudiar, que perdió a su madre “cuando más la necesitaba”, que tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven (y escribir de noche) y que sufrió de desamor y de soledad.
Si queremos ponerle etiquetas, diremos que Gloria pertenece a la generación de los postistas de los cincuenta, y aunque coincide con ellos en algunas cosas (“son rebeldes, están ahítos de buenos modales y pretenden abrir rendijas para un aire nuevo y vivo”, según Félix Grande), la mejor definición es la que ella misma se hace: “cabra sola”. Gloria ve la poesía como una necesidad primaria (escribe porque no sabe o no puede hacer otra cosa), pero a la vez piensa que es, el de poeta, un servicio necesario a la comunidad, y siempre se pone del lado de los pobres, de los de abajo, los marginales, (incluyendo aquí su poesía religiosa de amplio calado cristiano); es rebelde contra los abusos humanos, es pionera en la poesía pacifista y ecologista, es urbana y muy castiza.
En este año de su centenario se están preparando algunos homenajes, sobre todo en su Madrid natal, que esperemos que sirvan para darla a conocer a nuevas generaciones. El Club de Lectura UCO se suma a ambas intenciones (homenajearla y darla a conocer) y, por eso, os invitamos a que os acerquéis a su obra sin prejuicios, comenzando por estas dos selecciones (en pdf y txt si estáis registrados): una primera de la Colección Antológica de Poesía Social (en la Biblioteca Virtual Omegalia), en la que, como su nombre indica, se agrupan sus poemas de un carácter más marcadamente social, y otra hecha sobre su poemario Mujer de verso en pecho (Cátedra, 1995), en la que hemos intentado seleccionar los poemas que tienen a la propia Gloria como protagonista (muchos de ellos, no obstante, se llaman “Autobio”) .
Sirva esta Autobiografía suya como presentación:
Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.
Como siempre, también podéis leer todos los libros que tenemos de ella en la Biblioteca y decirnos que os parece esta, cuanto menos, original poeta.
¿Quién no conoce a Gloria Fuertes en España y fuera de ella (hace poco la compañía aérea Norwegian puso su imagen en uno de sus aviones )? ¿quién no ha leído alguna vez algún poema suyo… para niños? Es esta su faceta más conocida, pero nosotros nos vamos a fijar en la Gloria poeta para adultos (sí, oh sorpresa, también tiene una extensa obra poética para adultos): la Gloria autodidacta por su doble condición de obrera y de mujer en la España de los cuarenta, la Gloria pacifista y entregada al prójimo, la Gloria enamorada y golpeada por el desamor que quedó sepultada por esa otra que recitaba con voz ronca y chalecos de fantasía en un sillón de mimbre sus divertidos poemas infantiles para el programa “Un globo, dos globos, tres globos”, tan popular e icónica que incluso se convirtió en objeto de imitación por los humoristas del momento.
¿Tanta diferencia hay entre una y otra? Pues sí, y no. Las características de su poesía adulta se asemejan a las de la poesía infantil: humor, sencillez, tono directo, falsa ingenuidad (candidez volteriana), lógica peculiar, innegable sentido lúdico, alejamiento del academicismo…
Pero es en los temas tratados en los que se trasluce una Gloria que nació pobre y vivió muy joven una guerra en sus carnes, que apenas pudo estudiar, que perdió a su madre “cuando más la necesitaba”, que tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven (y escribir de noche) y que sufrió de desamor y de soledad.
Si queremos ponerle etiquetas, diremos que Gloria pertenece a la generación de los postistas de los cincuenta, y aunque coincide con ellos en algunas cosas (“son rebeldes, están ahítos de buenos modales y pretenden abrir rendijas para un aire nuevo y vivo”, según Félix Grande), la mejor definición es la que ella misma se hace: “cabra sola”. Gloria ve la poesía como una necesidad primaria (escribe porque no sabe o no puede hacer otra cosa), pero a la vez piensa que es, el de poeta, un servicio necesario a la comunidad, y siempre se pone del lado de los pobres, de los de abajo, los marginales, (incluyendo aquí su poesía religiosa de amplio calado cristiano); es rebelde contra los abusos humanos, es pionera en la poesía pacifista y ecologista, es urbana y muy castiza.
En este año de su centenario se están preparando algunos homenajes, sobre todo en su Madrid natal, que esperemos que sirvan para darla a conocer a nuevas generaciones. El Club de Lectura UCO se suma a ambas intenciones (homenajearla y darla a conocer) y, por eso, os invitamos a que os acerquéis a su obra sin prejuicios, comenzando por estas dos selecciones (en pdf y txt si estáis registrados): una primera de la Colección Antológica de Poesía Social (en la Biblioteca Virtual Omegalia), en la que, como su nombre indica, se agrupan sus poemas de un carácter más marcadamente social, y otra hecha sobre su poemario Mujer de verso en pecho (Cátedra, 1995), en la que hemos intentado seleccionar los poemas que tienen a la propia Gloria como protagonista (muchos de ellos, no obstante, se llaman “Autobio”) .
Sirva esta Autobiografía suya como presentación:
Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.
Como siempre, también podéis leer todos los libros que tenemos de ella en la Biblioteca y decirnos que os parece esta, cuanto menos, original poeta.
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Última Edición: 5 años 1 mes antes por club-lectura.
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