Juan Pedro Domecq y Eduardo Miura, ganaderos de toros bravos, han criticado esta mañana duramente la "excesiva reglamentación" que atañe a la fiesta de los toros y dependencia de ésta del Ministerio del Interior. Ambos ganaderos han exigido al Gobierno que revise esa dependencia y "se trate a la fiesta como al resto de espectáculo", pasando a depender del nuevo Ministerio de Cultura. Además, Miura y Domecq, que han participado hoy en el curso sobre el toro de lidia de la Universidad de Verano Corduba 04, han coincidido en señalar la necesidad de crear una federación nacional al estilo de las que agrupan a los distintos deportes en la que estuviesen representados todos los sectores implicados en la fiesta.

Eduardo Miura ha sido especialmente duro con la "autoridad" y ha lanzado una pregunta: "¿por qué es un policía quien decide si un toro sale o no a la plaza y si luego todo sale mal la culpa es en el 90% del ganadero y en un 10% del torero o del empresario?".

Por otra parte, Juan Pedro Domecq ha exigido a los grupos ecologistas antitaurinos que "respeten a la afición", advirtiendo que "a veces los que se dicen más tolerantes son los menos comprensivos con quienes no piensan como ellos". Miura ha añadido que gracias a los criadores de reses bravas "se están manteniendo ecosistemas dentro de la dehesa que de otra forma podrían desaparecer".

Ninguno de los dos ganaderos creen que la fiesta esté en crisis y han aportado datos: "en los tiempos de Manolete se programaban unos 250 espectáculos anuales, en los de El Cordobés, 500, y en la actualidad más de mil al año". Eso sí, ambos coinciden en señalar que es el gusto del público lo que está cambiando.