El teatro griego de Rabanales volvió a convertirse en la noche del jueves en escenario de la clausura de la Universidad de Verano Corduba. En esta edición de 2005 fue Etelvino Vázquez, convertido en Creonte, y su Compañía de Teatro del Norte el encargado de poner el broche teatral a los cursos, cerrando el seminario dedicado por segundo año consecutivo a la puesta en escena de los clásicos hoy.

Ante más de 400 personas, que acudieron a la cita, la compañía asturiana puso en escena la que fuera la primera tragedia griega traducida e interpretada en la modernidad: Antígona, en una versión propia y ciertamente actualizada con un Edipo convertido en un exiliado.

El subdirector de Corduba, Rafael Pizarro, y el director del curso de teatro clásico, Jesús Peláez, hicieron de maestros de ceremonias clausurando Corduba. Peláez aprovechó la ocasión para reivindicar un festival de teatro clásico para Córdoba, al estilo de los de Mérida o Itálica.