La Alianza de Civilizaciones debe perseguir los mismos objetivos del milenio marcado en 2000 por la ONU porque mientras persista la pobreza extrema no será posible ni el diálogo ni la paz. Ésa ha sido una de las principales conclusiones de la intervención del profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide Alfredo Langa en el curso sobre la Alianza de Civilizaciones de Corduba 07. A pesar de que Langa ha reconocido que la pobreza no es ni la única ni la principal causa del extremismo que inspira a los terroristas -"y el mejor ejemplo es el del enemigo Osama Ben Laden, un yupi convertido en líder", señala -, el especialista sí admite que es un "estupendo caldo de cultivo para ello".

Langa ha repasado hoy los ocho objetivos y 16 metas del Milenio marcados por la ONU, con la intención de que los alumnos que estos días tratan de descubrir las claves de la Alianza de Civilizaciones entiendan que no es casual el hecho de que tanto en el preámbulo como en las recomendaciones de ésta aparezcan claras referencias a los Objetivos del Milenio. Una meta, que según el profesor Langa, no se logrará alcanzar en su totalidad porque al menos en África Subsahariana los primeros informes de evaluación señalan que los indicadores que marcaba la ONU para medir su consecución aparecen, cuando apenas quedan 8 años para que finalice el plazo dado, muy por debajo de lo deseado. Langa ha subrayado además que, a pesar de que cuando se realicen los informes se pueda ser optimista no se podrá olvidar que las medias estadísticas "no detallan cuáles son los extremos y por eso habrá que seguir trabajando".