El coronel jefe del Departamento de Estrategia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas de España (ESFAS), Miguel Ángel Ballesteros, ha advertido hoy en la Universidad de Verano Corduba de la expansión geográfica de Al Qaeda en la zona del Magreb. Sin embargo, aunque la amenaza de nuevos atentados se mantiene, el núcleo duro de la red terrorista está más debilitado y está tropezando en los últimos meses con dificultades para la captación de nuevos activistas.
Ballesteros, que ha intervenido en el curso "El fin de la Guerra Fría y el salvaje nuevo mundo: conflictos búsqueda de la Paz y regulación social", ha analizado el panorama estratégico del Mediterráneo marcado por un clima de inestabilidad y por el impulso que en los últimos tiempos está recibiendo Al-Qaeda del Magreb, banda nacida el pasado mes de enero en Argelia del antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate. El teniente coronel ha advertido que España sigue siendo objetivo de la banda de Ben Laden, un hecho que se ratificaba la semana pasada a través de Ayman al Zawahiri, el número dos de Al Qaeda, que en un comunicado hacía cuatro menciones a España recordando su reivindicación sobre una España musulmana, ya reiterada en otras ocasiones en las que también reclamaba la recuperación Ceuta y Melilla, a las que que comparaba con la ocupación rusa de Chechenia.
Sobre estos territorios españoles, Ballesteros ha señalado que se están poniendo los medios para contrarrestar la amenaza existente por su proximidad geográfica y por la presencia de población musulmana más fácil de captar en puntos concretos como el barrio del Príncipe Alfonso en Ceuta. Pese a todo, los últimos llamamientos desesperados realizados por los dirigentes de Al Qaeda para el reclutamiento de activistas indican los problemas con los que tropieza la organización.
Barreras éticas
También el radicalismo islamista ha sido el tema central de la intervención de Manuel Torres, codirector del curso, que ha llamado la atención sobre las barreras éticas existentes entre el mundo musulmán y el occidental. Así, 61% de la población española considera que las relaciones con los países musulmanas son malas y consideran a esta población fanática y violenta., por su parte para los inmigrantes musulmanes las relaciones con España son buenas, aunque definen a los occidentales "como egoístas e inmorales". Torres ha señalado que es necesario combinar desde Occidente las acciones políticas, económicas y culturales que contribuyan a disminuir los puntos de confrontación entre ambos pueblos.