De izquierda a derecha, Juan Carlos Rodríguez, Miguel Rojas y Jorge Brovetto
Madero Cubero
El ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se ha mostrado partidario de una “revolución en el sistema educativo que ayude a descubrir pasiones, vocaciones y actitudes en los jóvenes”. Ibarra intervino en la mesa ‘Educación Superior, modelos y perspectivas de futuro’, incluida en la segunda jornada de Foro ‘Diálogo del Bicentenario: España-América Latina’ que organizado la Universidad de Córdoba. “Internet ha cambiado el concepto del valor, de las distancias, de la identidad, lo ha cambiado todo menos el sistema educativo”, afirmó Ibarra, para quien “se están aplicando métodos analógicos para una generación digital”.
Esta falta de sincronía entre los estudiantes y los planes de estudio lleva al fracaso, según el ex presidente Ibarra, “y por eso nos encontramos jóvenes que arremeten contra el sistema porque nadie les ofrece trabajo”. Este fracaso de los jóvenes, en opinión de Ibarra, profesor de la Universidad de Extremadura, “no tiene más responsables que las casas y la escuela, no culpemos a la televisión ni a internet, porque no nos hemos preocupado de qué quieren ser los alumnos, sólo de transmitir conocimientos, y el profesor universitario debería cambiar su forma de enfrentarse al proceso educativo”.
Según Ibarra, “el profesor debe ser el encargado de transformar toda la información que los alumnos encuentran en internet, por ejemplo, y convertirla en conocimiento”, y también se ha mostrado partidario de exigir resultados a las universidades. En su exposición, Ibarra hizo un enlace con la actualidad y planteó los cambios en el sistema educativo como herramienta contra la crisis: “Si aceptamos que la materia prima es la inteligencia podremos salir de esta sala de espera en la que estamos, preguntándonos todos los días cómo está el enfermo”.
Junto a Rodríguez Ibarra, compartió presencia en la mesa redonda Jorge Brovetto, ex ministro de Educación y Cultura de Uruguay (2005-2008). Brovetto insistió en la necesidad de reconocer la educación superior “como un derecho humano y un bien social, y que se reafirme este derecho en la medida en que el acceso a él sea real”. Brovetto explicó las últimas directrices de la política educativa de su país, basada en la idea de que “en internet están todas las respuestas pero debemos enseñar a plantear las preguntas”.
En Uruguay, en los últimos cinco años, se ha desarrollado el Plan Ceibal, en el que se distribuyeron 389.000 ordenadores en alumnos de educación primaria y se cambiaron las técnicas docentes dando más importancia a la enseñanza virtual. “Las inversiones en educación son de rendimiento lento, pero la sociedad uruguaya está involucrada en la construcción de un país diferente”.